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Las luces fluorescentes son una iluminación efectiva y confiable para entornos industriales y de trabajo.

"Los balastos de luz fluorescente se encuentran entre los tipos de equipos eléctricos sobrecalentados más comúnmente", dice "Salud y seguridad en el trabajo". Algunas bombillas fluorescentes tienen un balastro rodeado por una sustancia similar al alquitrán que se supone que amortigua el zumbido de un funcionamiento lastre. Cuando un lastre falla, aumenta el calor, lo que quema la sustancia alquitranada y produce un olor desagradable. Los balastos más antiguos también pueden liberar PCB (bifenilos policlorados), que fueron prohibidos de las luces fluorescentes en los Estados Unidos en 1978.

Lastre

El balasto regula la intensidad de la luz en una bombilla fluorescente. Una bombilla normal produce luz calentando un filamento dentro de la bombilla. Las bombillas fluorescentes producen luz a través del gas que es excitado por la electricidad. El balasto conduce la energía en cada extremo del tubo y regula la cantidad de energía. El gas, la electricidad y los recubrimientos dentro de la bombilla se combinan para crear una fuente de luz superbrillante que sería demasiado para que la bombilla se maneje sin lastre.

Lastres húmedos o secos

Los balastos húmedos contienen un aceite conductor o lubricante que mejora la transferencia de electricidad. La mayoría de estos contendrían PCB a menos que fueran fabricados después de 1978. Los balastos húmedos más nuevos probablemente contengan DEHP, o di (2-etilhexil) ftalato, que es transparente e inodoro, pero que también podría presentar riesgos para la salud después de la exposición. Los balastos secos estuvieron disponibles en 1991 y usan electrónica para conducir energía en lugar de fluidos. Los tipos más nuevos de luces fluorescentes aún deben reciclarse adecuadamente y manejarse con cuidado.

Los peligros

Al igual que con cualquier situación eléctrica en la que es posible el sobrecalentamiento, un lastre malo puede representar un peligro de incendio. El lastre sobrecalentado podría hacer que la carcasa de plástico de la luz se derrita y, en las condiciones adecuadas, se inflame. La mayoría de los lastres malos simplemente se queman, pero aún así es bueno reconocer el olor y encontrar el problema. Los balastos sobrecalentados que liberan PCB también pueden presentar riesgos para la salud porque los PCB son posibles carcinógenos.

Eliminación y Reciclaje

Si detecta un olor desagradable que representa un lastre malo, apague la lámpara y deje que se enfríe durante media hora. Use guantes de goma y protección para la cara y los ojos para minimizar la contaminación. Asegúrese de que la fuente de alimentación esté apagada y retire la lámpara. Limpie la carcasa raspando cualquier residuo y limpie con queroseno, trementina o alcohol isopropílico. Consulte con el departamento de desechos peligrosos de su ciudad o condado para conocer las regulaciones para la eliminación adecuada del lastre y los materiales contaminados. Los balastos que no se escaparon pueden ser reciclados por compañías que manejan la recuperación de bombillas fluorescentes.