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Espere un día despejado para realizar cualquier reparación. Cierre las puertas del sótano para trabajar en su superficie exterior, o ábralas para trabajar en la parte interior de la puerta. Retirar la puerta es una opción, pero no necesaria.

Frote las áreas oxidadas con un cepillo de alambre grueso. Continúe raspando la superficie de la puerta hasta que el óxido se elimine por completo. Termine de raspar los últimos trozos de óxido con papel de lija si el cepillo de alambre no penetra en grietas más pequeñas.

Humedezca un trapo con agua tibia. Limpie cualquier residuo de lijado, manchas de óxido u otros residuos de la superficie de la puerta. Seca la puerta con otro trapo.

Aplique una imprimación anticorrosiva, como una imprimación a base de cromato de zinc, en el área reparada. Permita que la imprimación se seque.

Agregue una capa de revestimiento de látex acrílico blanco a toda la superficie de las puertas. Permita que el látex se seque por completo.

Agregue pintura exterior a la superficie de la puerta. Use un litro de pintura para cada recubrimiento. Permita que cada recubrimiento se seque por completo antes de agregar otro.

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Cierre o abra las puertas para repetir el procedimiento en el otro lado según lo desee o sea necesario.

Si los tornillos de la puerta u otro hardware comienzan a oxidarse, retírelo y déjelo reposar en vinagre blanco durante la noche. Retire el hardware al día siguiente y límpielo con lana de acero mientras lo sostiene bajo agua corriente.

Brad Chacos comenzó a escribir profesionalmente en 2005, especializándose en electrónica y tecnología. Su trabajo ha aparecido en Salon.com, Gizmodo, "PC Gamer", "Maximum PC", CIO.com, DigitalTrends.com, "Wired", FoxNews.com, NBCNews.com y más. Chacos es colaborador frecuente de "PCWorld", "Laptop Magazine" y el blog Intuit Small Business.